Conoces la historia del soldado invencible trata de algo que ocurrió en la Primera Guerra Mundial. El poeta psiquiatra y doctor André Bretón que estaba en un hospital de campaña en la frontera entre Alemania y Francia cuando diversos soldados le trajeron a compañeros muy heridos, todos dañados por la batalla reciente. Entre ellos había uno que no tenía un solo rasguño y los soldados decían que este era el que estaba peor. El doctor se sorprendió y les dijo que no, que estaban mucho más graves los que tenían heridas de guerra. La cuestión es que todos aquellos soldados le explicaron que hacía apenas unas horas ese soldado estaba en una trinchera cuando de repente explotaron un montón de bombas, morteros y lo que fuera lo de una guerra. La cuestión es que murieron todos sus compañeros en esa trinchera y él, con el sentimiento de culpa que se produce cuando eres el único que sobrevive, pues salió de esa trinchera dirección hacia el enemigo y esperaba que de algún modo lo mataran. Ninguna bala le alcanzó y cayó desmayado. Los soldados que lo recogieron a él, los cadáveres y los heridos, comprobaron que este soldado decía que como no le había pasado nada en realidad esa guerra no existía. Por eso ahora lo más importante es darse cuenta de lo que está sucediendo porque una sociedad incapaz de aceptar el entorno que le ha tocado vivir, sin voluntad de afrontar la situación desde la necesidad de ponerse en marcha, no asumiendo la realidad y no aceptando lo que otros le cuentan, pues no es más que una sociedad que no podrá afrontar los retos del futuro.
Quédate porque lo que hoy te voy a contar también te interesa en el ámbito actual de la economía, dominado por lo que se presenta en televisión y en los periódicos, prevalece una verdad incómoda. La mayoría de las teorías y análisis económicos que consumimos son, en el mejor de los casos, superficiales. De ahí que no se hable adecuadamente de algo tan importante como el futuro laboral, económico, tecnológico, eso que nos espera del desafío real que supone. Lo habitual es escuchar o leer cosas que se alejan mucho del análisis profundo que este reto exige.
Una generación de máquinas inteligentes impulsada por rápidos avances en inteligencia artificial y robótica va probablemente potencialmente a emplazar una gran proporción de trabajos humanos existentes y que eso no iba a hacer más que acelerarse en la recuperación económica. Fue evidente era una evidencia. La robótica y la inteligencia artificial causarán una doble interrupción laboral muy grave pues la crisis sanitaria que empujó en su momento a las empresas a acelerar ese despliegue de nuevas tecnologías para reducir los costos, mejorar la productividad y depender menos de las personas no ha hecho más que incrementarse. Diversos estudios aseguran que alrededor de 85 millones de empleos van a desaparecer antes de 2028 pero también aseguran que si se tiene en cuenta de manera estratégica no deberíamos de temer pues en ese análisis se anticipa de algún modo también que la futura economía impulsada por la tecnología como siempre ha pasado podría crear también 97 millones de nuevos empleos. El problema será que falte una previsión estratégica. De hecho, esa implementación correcta de la tecnología no va a ser igual en todas partes, no va a ir igual por todos los barrios, afectará de diferente manera según los modelos productivos y sobre todo a diferentes países en base a como lo hayan previsto. Actualmente el 30% de todas las tareas las realizan máquinas y las personas hacen el resto. En 2028, ese equilibrio será drásticamente distinto, habrá una combinación de 50 a 50 entre humanos y dispositivos tecnológicos. Algo que si bien puede ser bueno si se comprende en su justa dimensión y se prevé estratégicamente, pues podría convertirse en un barrizal si no se actúa previamente. Un aumento de la automatización puede ser bueno para los trabajadores formados y puede ayudar a estimular la economía pero se ha demostrado que las nuevas tecnologías tienden a dejar atrás precisamente a los trabajadores con salarios más bajos.
Si lo que vivimos ahora todavía es crecimiento real y no todavía una hipotética recuperación muy larga en el tiempo, la cosa va a acelerarse. La inteligencia artificial no es capaz de causar oleadas masivas de despidos sino que la configuración de la nueva economía automatizada requiere dinero, tiempo, recursos algo que muchas empresas no han tenido durante los años previos pero que ahora inmediatamente después de los problemas económicos que estamos viviendo sí van a tener. Otra cosa es lo que se dirá en los medios o en el mensaje oficial. La idea es evitar ese crecimiento para los que establecen por dónde debe ir todo. Ya sabemos que quienes prefieren el decrecimiento que la generación de riqueza. Hoy vamos a ver cómo afecta todo eso al trabajo del futuro y también lo me basaré en un informe, en un estudio del Banco Mundial que aseguraba en su día que la mitad de los empleos que tenemos ahora mismo en hispanoamérica y en España pues se van a automatizar a lo largo de esta misma década. Uno de cada cinco empleos tiene una alta probabilidad de ser realizado por un robot y un 30% más tiene una probabilidad significativa de ser ocupado por una máquina de tipo autónomo.
Lo cierto es que la misma o de la misma manera que los trabajos de hoy no tienen nada que ver con los de hace dos o tres décadas, los que tendremos en unos años probablemente serán distintos a los que estamos viviendo y disfrutando ahora mismo. Por concretar, en el caso de España, un 52 por de los puestos de trabajo podrían automatizarse a lo largo de estos próximos años, eso ya lo sabemos. Lo cual no significa que se vayan a destruir empleos sino que se van a sustituir por otro, otros nuevos. Pero esto es algo que empieza a ser un discurso oficial y que dicen o plantean que habría que ir con cuidado porque esa sustitución no es algo que se produzca de forma automática. Se produce siempre y cuando tengas una hoja de ruta para amortiguar. Lo que es cierto es que empiezan a
ver estimaciones que apuntalan esa tendencia de crear nuevos empleos. Por ejemplo, la OCDE calcula que el 65% de los niños terminará trabajando en algo que ahora mismo ni existe. El propio Foro Económico Mundial ya apuntaba hace dos años que a partir de este mismo año en el que estamos, se empezarían a crear millones de esos nuevos empleos. A veces dicen cosas que son ciertas aunque esconden el porqué. Es algo que se ha cumplido a la vez que se han dado cuenta ellos mismos de que eso, especialmente con la Inteligencia Artificial, les deja sin control sobre el devenir del mundo y eso han decidido pararlo con aplicación de control de un uso unilateral de la tecnología y de hablar de algo llamado desinformación cuando algo no es como ellos consideran.
Es evidente que cambiarán las cualidades más demandadas por los empleadores. Será importante, por supuesto, tener conocimientos digitales en el ámbito tecnológico pero ojo, también tendremos o deberemos desarrollar competencias de eso que se llaman soft skills, habilidades blandas. Se suelen enumerar algunas como el pensamiento crítico, la inteligencia emocional, la creatividad. Muchos son los retos, los desafíos, pero el propio modelo de empleo a lo largo de esta década se prevé que se vaya manteniendo hacia una tendencia de flexibilidad laboral hacia la temporalidad, algo que en España afecta todavía muchísima gente
, unos dicen que a uno de cada cuatro. Y si lo utilizas bien, son 10 puntos más que en la media de la Unión Europea. El uso o los estudios de las instituciones que revisan y apuntaban esa automatización cada vez más profunda tienen la percepción de que no todo el mundo lo ve así. Hazte una pregunta: ¿Tu puesto de trabajo es igual que hace 5 años? ¿Será igual dentro de 5 años? ¿A qué te vas a dedicar cuando un robot, un automatismo ocupe tu puesto? ¿Cuáles serán tus funciones? ¿En qué vas a formarte para afrontar ese momento? La percepción que tienen los trabajadores según esos informes también es parecida. De hecho, muchos españoles, por ejemplo, también muchos de ciudadanos de hispanoamérica creen que sus actuales puestos de trabajo tienen muchas tareas que van a poder hacerse por un robot. Hoy mismo, un 45% de esos 2,500 españoles que fueron encuestados hace un tiempo para por lo menos saber cuál era su percepción de esto, dijeron que su trabajo lo haría un robot antes de una década, que lo tenían claro.
Entonces, ¿qué hacemos? La respuesta sería prepararnos rápido, rápido porque va el futuro en ello, y las posibilidades de amortiguar las dificultades que tiene toda esa transición tecnológica es cada vez más urgente. Resulta que España, por ejemplo, ha empezado a acelerar en ese sentido. Fijaos, a día de hoy España ya está entre los países del mundo con más robots trabajando. Sorpresivamente, según los últimos datos que ya presentó la Federación Internacional de Robótica, ahora mismo en España tenemos entre 113 y 120 robots por cada 10,000 trabajadores. Estamos lejos todavía de Singapur, de Corea del Sur o de Japón que son quienes lideran este ranking, pero ocupamos ya el puesto número 13 en esa clasificación. En los últimos 5 años, hemos pasado de 70 robots por cada 10,000 trabajadores a 113 en tan solo 5 años. Eh, entonces igual piensas, ¿dónde está el problema? Pues en hacerlo mal. En Corea del Sur, en Japón, en Singapur no hay paro, son líderes en implementación robótica sustituyendo tareas humanas y resulta que no hay paro básicamente porque lo han hecho bien, han sido estratégicos. A mayor robotización, mayor eficiencia. A mayor eficiencia, mayor productividad, eso que nos falta a nosotros. Cuando hay más productividad, se genera empleo pero se genera en otro lugar, en un nuevo empleo, no el de antes. Por eso, paradójicamente, que haya más robots asumiendo trabajos que ahora hacemos los humanos no tiene por qué suponer directamente un aumento del paro. De hecho, solo sucede si no se plantea estratégicamente esa transición.
Van a surgir nuevos empleos con nuevas funciones, cosas que ahora no existen. Pero hay varios puntos muy interesantes que se tienen que tener en cuenta: ¿Qué empleos están en riesgo de caminar hacia ese proceso en los próximos años? ¿Cuáles se van a destruir? Estamos hablando seguramente de aquellos empleos que son más rutinarios, de menor valor añadido, que incorporan claramente menos elementos creativos. Por ejemplo, la aparente contradicción sobre el hecho de robotizar y generar empleo la tenemos que analizar por lo menos en dos tiempos distintos. Hay que distinguir en los empleos que existen hoy y los empleos que existirán en el futuro. Simplemente pensemos en hace 20 años cuando no existían los teléfonos móviles inteligentes, el uso de internet era muy menor al de hoy. Pues la cantidad de empleos que generan esas actividades ahora mismo es enorme, es absoluto, es algo nuevo que en esos momentos era difícil de pronosticar. Por tanto, si nos fijamos solamente en lo que va a pasar con los empleos que existen hoy, la lectura será pesimista siempre. Pero hay que pensar en lo que a lo largo de la historia, la experiencia nos apunta y que se ha ido creando oportunidades con nuevos modos de trabajar. Esto es difícil de defender cuando una segadora autónoma se ventila una hectárea de campo cultivando en el tiempo que una cuadrilla de personas siega 10 m², pero repito, es fundamental abordarlo desde un modo global y en el tiempo exacto en el que va sucediendo. Los gobiernos deberían medir ese tiempo y ajustar los elementos necesarios para que el daño durante esos momentos, ese tiempo que la herida está abierta, pues que sea lo más leve posible. Lo llamamos transición, habitualmente a eso.
Los robots no van a reemplazar a los humanos, trabajarán con nosotros. No perderás tu empleo en manos de un robot o de una computadora o de un software inteligente, sino que alguien que se lleve mejor que tú con ese robot, con esa computadora o con ese software inteligente es quien te lo va a quitar, básicamente porque es inevitable. A finales del siglo XVII, cuando una máquina de vapor entraba en una fábrica textil en el sur de Londres y de 400 personas que allí había trabajando, 300 se quedaban expulsadas porque esa máquina era más eficiente, más rápida y no paraba nunca, no hacía huelgas. Pues bien, esas 300 personas, ese momento de la historia que hoy llamamos primera Revolución Industrial, ellos le llamaron primera gran crisis industrial. El ser humano no suele vivir a tiempo real el beneficio de la incorporación tecnológica, especialmente en el mercado laboral. Hoy no podemos saber qué tecnología va a cambiarlo todo pero no lo dudes, la habrá, como siempre ha pasado. Podemos pensar que la Inteligencia Artificial o los datos o los robots con aspecto humano seguramente serán otras cosas, serán de un modo distinto. En 1992, nadie pudo enviar un mail durante la inauguración de los Juegos Olímpicos de Barcelona y resulta que estábamos a 10 minutos de un cambio brutal. Ahora estamos a 10 minutos de otro cambio profundo e impactante, intenso. No debemos imaginar qué será, debemos prepararnos para lo que sea y eso no lo podemos deducir ahora. Debemos prepararnos para el cambio sin saber cuál va a ser para estar listos. El futuro no pide permiso. Esos nuevos empleos que pueden surgir en este proceso están muy vinculados, como te decía, a las soft skills, es decir, a esas habilidades blandas.